REHABILITACIÓN DE LA FÁBRICA CLESA. MADRID. 2015.
En colaboración con Carlos de Luxán.
La Fábrica Clesa tiene un carácter rotundamente funcionalista, y fue proyectada para cumplir una función muy específica, la elaboración y distribución de productos lácteos. En su memoria, Alejandro de la Sota describe su ordenación mediante la suma de volúmenes claros que habían de corresponder con el proceso de fabricación que albergaban. Haciendo uso de una gramática constructiva austera y personal, supo poner en valor la idea de conjunto, relacionándolos de forma armónica para conformar un todo unitario sin que cada pieza perdiese su propia personalidad.
Sin embargo, la reciente modificación del Plan General de Ordenación Urbana aprobada por el Ayuntamiento plantea la necesidad de demoler un buen número de aquellos elementos en equilibrio que Sota comparaba las maletas del equipaje de un torero, conservando únicamente las dos naves principales, con sus cuerpos anexos de oficinas y el pequeño pabellón exento.
Cabría por tanto preguntarse por la relación que actualmente guardan dichos elementos no sólo entre sí, sino también con el lugar en el que se asientan. Esta cuestión es clave para poder plantear una verdadera rehabilitación del edificio.
Por tanto, parece evidente que nos encontramos ante un paciente grave. No basta con una intervención cosmética, con una restauración al uso. Entendemos que la cura no pasa por limitarse a plantear una propuesta funcional específica, más bien al contrario. Lo que el edificio necesita es una intervención estructural, en el sentido más profundo del término, capaz de reconfigurar sus espacios, de reconectarlos no sólo entre sí, sino también con el espacio público que ahora los rodea.